Hoy desayunamos bolitas de bizcocho para celebrar el
primer año del blog. He juntado mi pasión por la cocina con la de la escritura.
Igual aprovecho que este blog tiene un nombre versátil y cuando me canse de
escribir sobre las recetas de mi vida, empiezo a hacerlo sobre recetas de
repostería, nunca se sabe…
Me gusta el 14 de
febrero, San Valentín, el día del amor. Guardo un grato recuerdo del
espectacular ramo de rosas rojas que me mandaron cuando iba al instituto
(primero y último). Para mí también es
el día de la salud y este año, el día de maestro, así que hoy no trabajo. De
cualquier manera, fue el día que elegí para que Tan Dulcemente, viera la luz.
Hace
un año no sabía si se verían mis entradas cuando le diera al botón de publicar
y un año después, aunque sé que se ven,
poco más he aprendido. Le he cambiado la cara en una ocasión pero nada
más. No me preocupa todo lo que hay alrededor
y sigo haciendo lo que me apetece… escribir, publicar y disfrutar.
Siempre
me ha gustado escribir, lo hacía ya de pequeña. Tengo historias guardadas de
cuando iba al colegio y por supuesto, poemas adolescentes. Hace más de 10 años me apunté a un curso para
aprender a escribir que organizaba la casa de cultura de Avilés y ahí, volví a
tomar contacto con las palabras. Volví a abandonarlo cuando nació mi 2h, pero
el disfrute de mi segunda maternidad hizo que tomara de nuevo el lápiz y el
papel.
El
día antes de entrar en quirófano, volví a escribir y seguí haciéndolo a diario
hasta el pasado verano aproximadamente. Siempre encuentro un rato para
escribir, para estar conmigo misma, para contar y para dejarme ser quien soy. Esto
forma parte de mí, escribir es una forma de expresión que me libera, que me
cede el paso cuando quiero contar algo. Le estoy profundamente agradecida.
Salud.