20 de diciembre de 2014

ESTADO DE REVISTA


Un día te levantas encogida. Miedo. El incómodo inquilino ha vuelto a instalarse en el piso de arriba. Solo serán unos días, hasta que pasen las pruebas, pero la idea de compartir espacios me hace cerrar los ojos, respirar hondo y soltar un ¡ay! lastimero. No hay opciones, así que desempolvo mi mantra “todo está bien” y lo repito una y otra vez para que me cale. Necesito estar más segura aún.

Esos días comienzan los nervios, los desvelos, la película de lo que ha sido y de lo que puede volver a ser, me repliego, me meto debajo de mi ala, escondo la cabeza, no quiero compartirlo, todo deja de tener importancia  y por supuesto, las casualidades, las señales  y las asociaciones ilógicas, cobran una fuerza pasmosa. Todas ellas, leídas a posteriori, dejan a la obra de Ionesco basada en la angustia del tiempo, la soledad, la muerte, la nada y la visión de la vida como una burla trágica, en una obra de teatro escolar de navidad.

Pasan los días, las esperas cada vez son menos tensas, pero cuando llega el día D y mis pies caminan hacia la sala de espera, el aire, ese aliado infiel, me abandona.  Huye, no se va lejos, pero lo suficiente para impedirme coger bastante y llenarme de él. Los minutos en la silla mirando la pantalla son angustiosos. No me hables, no me mires, no me animes, no me acompañes, no me entiendas, no me tiendas la mano…difícil situación, lo sé. El monitor adivina mi número y soy agraciada con la entrada a la consulta. Se me encoge algo por dentro, el aire no acude a mi llamada de auxilio, cojo el abrigo y el bolso, me pongo en pie…vamos.

Bordo el papel de niña modosa, correcta y educada. Escucho con atención, sigo las indicaciones y cuando dicen: “esto está todo bien”,  algo dentro de mí dice “menos mal, ya está”. Entonces salgo de allí volviendo a ser quien soy.  Yo. La de siempre.

Cuando llego a casa el arrendado se ha marchado, no ha querido cruzarse conmigo, no se ha despedido pero me ha dejado una nota: “Hasta la próxima”.  Se me ha dibujado una sonrisa, entre tranquila y malvada, porque no sabe que esta semana, cambio la cerradura. Salud.



31 de octubre de 2014

MI MAMÁ ME MIMA



Seguro que esta frase os suena. A mí me lleva directamente al colegio y a las cartillas foto-silábicas de Palau. Un colegio que no me gustaba, un colegio que me resultaba aburrido y que en determinados momentos me sentía tan frustrada que deseaba que la tierra se abriera y se lo tragara. Pienso que el colegio nunca se adaptó a mis necesidades y mucho menos a mis intereses, así que para sobrevivir, me adapté yo.

Más de treinta años después sigo viendo a niños en una situación parecida a la mía. No voy a echar piedras contra mi propio tejado pero quizá y solo quizá, tanto el sistema educativo como los maestros y  maestras deberíamos hacer una reflexión sobre lo que está pasando en nuestras aulas. Quizá y solo quizá, estemos demostrando poco respeto hacia ellos. No me refiero a una falta de respeto directa, sino a las omisiones que se realizan respecto a sus deseos y fortalezas o sentimientos y necesidades.

Quizá y solo quizá, hay un sector del profesorado que aún no se ha enterado de que el fin de la educación es formar sujetos libres y activos, que piensen por sí mismos y que decidan. Quizá y solo quizá no queramos una masa borreguil en nuestras aulas. Por tanto, quizá y solo quizá estaría bien que nos planteáramos ciertas cosas como ¿Por qué los tratamos a todos igual? ¿Por qué no respetamos sus diferentes ritmos de aprendizaje? ¿Por qué no vemos al niño en su conjunto en lugar de diseccionarlo como si fuera un mejillón? ¿Por qué vemos fantasmas y la obsesión de acabar los libros nos persigue? ¿Por qué hay que seguir unos libros que encorsetan el aprendizaje y no dejan cabida a la creatividad de los niños y el profesorado? ¿Dónde está el aprendizaje cooperativo tan necesario para la actual vida social y laboral? ¿Dónde están las múltiples formas de enseñar que se adaptan a las múltiples formas de aprender? ¿Dónde está nuestro sentido común?

Llevo un par de semanas revolviéndome en la silla por múltiples motivos… ¿será que lo que veo me conecta con mi etapa escolar? Quizá y solo quizá el problema es mío… ¿tendré que visitar entonces un terapeuta?

No podemos dejar de lado el principio de equidad del que nos hablaba la LOE. Yo por mi parte, seguro y más que seguro, voy a defender lo que considero un derecho de mi alumnado y lo que por justicia les corresponde a mis hijos. Ojalá que por el maestro los niños si aprendan "a coger el cielo con las manos". Salud.




12 de julio de 2014

SIN MÁSCARA


       El otro día, una amiga se trasladaba de lugar de trabajo y sus compañeros le regalaban una máscara con gesto triste. Reflejaba el sentimiento que dejaba en ellos su marcha y ciertamente tenía algo especial. De cualquier manera, las máscaras me parecen un tanto siniestras. Hay un par de ellas en la consulta de mi dentista que miro con disgusto. Creo que no me gustan ni las reales de cerámica ni las figuradas con las que a veces adornamos nuestras caras. Digo adornamos porque en ocasiones son eso, poses que adoptamos para tapar lo que realmente sentimos. Ocultamos sentimientos con toda intención y con todo el derecho. Casi siempre nos han hecho creer que esto estaba mal y se ha tildado de cínico al que ponía buena cara al mal tiempo o al que llevaba la procesión por dentro. Se ha premiado el “sincericidio” lógicamente sin calibrar muy bien las consecuencias. Ser sincero no va de la mano con la honestidad y ésta, si es realmente importante. No, no voy a decir que no se me note nunca la preocupación, ni mi desacuerdo, ni mi disgusto, ni mi tristeza pero trato de no expresarla con tanta vehemencia. Procuro no ponerme máscaras, soy la que soy y lo que siento cada vez es más mío.

En el lado contrario están las máscaras que vas quitando a los demás. Las máscaras que chirrían, que no te crees, que no te merecen, las máscaras que son pura exhibición, felicidad fingida, poses forzadas, las que dicen digo donde dice Diego, las que tiran la piedra y esconden la mano, las que vienen con exigencias, las que piden y no dan, las que lloran por fuera y ríen por dentro, las que erigen el dedo acusador, las que son lobos con piel de cordero. Las cosas suelen tener un camino no exento de rodeos o atajos, según opciones, pero cuando miramos de frente casi todo tiene una única postura. Dice mi padre que un “paisano se viste por los pies” y aunque adornemos, justifiquemos o  interpretemos a nuestro modo conductas de los demás, lo que es, es.


Hoy,  12 de julio de 2014, dos años después de aquella terrible tarde que aún permanece muy viva en mi recuerdo, me doy cuenta de que la que estoy más viva que nunca soy yo. A pesar de que puedan considerarse tópicos frases del tipo “mi vida ha cambiado”, “todo tiene otro valor” o “soy capaz de disfrutar más” todas ellas son ciertas. Dos años me han servido para vivir más intensamente y lanzarme a mi propia conquista, para  abrir los ojos y contemplar lo que tenía delante, para quitar las máscaras propias y las ajenas. Salud.

3 de julio de 2014

X 3103


Esta es la letra y el número que me han catapultado hacia un verano azul. Si, así es, un verano y un comienzo de otoño sin revisiones médicas y no hay nada que pueda hacerme más feliz que no pisar el HSA por estar sana como una manzana.

Cada vez queda más lejos el cáncer y sus estragos y a pesar de que jamás dejaré de reconocer que supuso un legado y un horror a la vez, volver la vista atrás y ver solamente su perfil, me carga de energía de la buena.

Estar en el hospital me revuelve, me reduce, me empequeñece. Me dice que ha pasado y que puede volver a pasar y que la vie en rose es una estampación que luzco en una de mis camisetas preferidas.

Hace 6 años,  cuando estaba embarazada de mi 3h, nos hicieron un bonito reportaje en la TPA. Buscaban mujeres que quisieran vivir un parto natural y por aquel entonces era para lo que me estaba preparando. Recuerdo una de las frases que decía cuando un día nos acompañaron y grabamos en el hospital. Era algo así como que las ecografías eran como exámenes porque aunque presentías que todo estaba bien y que ibas a aprobar, nunca sabías lo que te iban a preguntar. Ahora me preparo para el examen, llevo los deberes hechos y como sé que la evaluación es continua, como de manera saludable, hago deporte, yoga y un montón de cosas más. 

Seis años después aunque por causas diferentes estoy en ese punto. Me siento como el que acaba de aprobar en junio y el verano es suyo. Cada vez soy más libre y el miedo se va quedando arrinconando, solo y encapsulado. No le permito entrar en casa y cuando llega la noche me siento a salvo con mis 3h.


Estoy tranquila, en paz y este nuevo pase de seis meses no ha supuesto una alegría desbordada sino que ha confirmado lo que yo presentía, que el examen estaba aprobado con nota. Salud.

5 de abril de 2014

GRADO

Hay un Grado de mis amores y un grado de mis desvelos, justamente  el que me ha tenido ocupada estas semanas. El plan Bolonia obliga a reciclarse y los que estamos a merced de los caprichos de la administración, por partida doble.

El caso es que estos días he estado desconectada y no me he pasado ni por el blog, pero sé que muchos sí lo habéis hecho. Gracias infinitas como siempre, sigue siendo genial teneros al otro lado.

El tiempo ha transcurrido leyendo, tomando apuntes, redactando y “creando”, porque de eso iba el trabajo. Sin duda he aprendido técnicas, conceptos y fases,  he leído conclusiones de estudios y he reflexionado sobre la cantidad de cosas que podemos cambiar en nuestras aulas a la vez que he puesto nombre a muchas otras que hacemos.


He pasado mucho tiempo sola, en casa, en silencio, concentrada…  e inevitablemente el recuerdo de mis temporadas de estudio de oposición,  ha vuelto.  He tenido unas sensaciones muy parecidas y esto me ha parecido tremendamente positivo porque no pensé verme en este punto. Creí que ya nada volvería a ser tan intenso como el cáncer o por lo menos que nada volvería a llenar mi tiempo como él lo hizo. Y no, ha sucedido, he vuelto a ser la mujer que chiflaba delante de la pantalla del ordenador porque no acababa de darle el punto a la conclusión, he vuelto a mirar el reloj desesperada porque mis 3H estaban a punto de llegar y no había acabado el trabajo marcado,  he dejado sonar el teléfono porque lo hacía en el momento más inoportuno, ha vuelto a dolerme la espalda por no dedicarme tiempo, he vuelto a pasarme todo un fin de semana con el pijama y la bata, he comido lo que he encontrado por la nevera  y he vuelto a pensar que “esto era lo peor”. Pero rápidamente ese pensamiento ha desaparecido, porque no, esto no es lo peor, a eso ya le he visto la cara y en estos momentos viaja en dirección a la Antártida y el trabajo, en breve, camino  de Valladolid.  Salud

14 de febrero de 2014

CUMPLEBLOG FELÍZ


Hoy desayunamos bolitas de bizcocho para celebrar el primer año del blog. He juntado mi pasión por la cocina con la de la escritura. Igual aprovecho que este blog tiene un nombre versátil y cuando me canse de escribir sobre las recetas de mi vida, empiezo a hacerlo sobre recetas de repostería, nunca se sabe…

 Me gusta el 14 de febrero, San Valentín, el día del amor. Guardo un grato recuerdo del espectacular ramo de rosas rojas que me mandaron cuando iba al instituto (primero y último). Para mí  también es el día de la salud y este año, el día de maestro, así que hoy no trabajo. De cualquier manera, fue el día que elegí para que Tan Dulcemente, viera la luz.

Hace un año no sabía si se verían mis entradas cuando le diera al botón de publicar y un año después, aunque sé que se ven,  poco más he aprendido. Le he cambiado la cara en una ocasión pero nada más. No me preocupa todo lo que hay alrededor  y sigo haciendo lo que me apetece… escribir, publicar y disfrutar.

Siempre me ha gustado escribir, lo hacía ya de pequeña. Tengo historias guardadas de cuando iba al colegio y por supuesto, poemas adolescentes.  Hace más de 10 años me apunté a un curso para aprender a escribir que organizaba la casa de cultura de Avilés y ahí, volví a tomar contacto con las palabras. Volví a abandonarlo cuando nació mi 2h, pero el disfrute de mi segunda maternidad hizo que tomara de nuevo el lápiz y el papel.

El día antes de entrar en quirófano, volví a escribir y seguí haciéndolo a diario hasta el pasado verano aproximadamente. Siempre encuentro un rato para escribir, para estar conmigo misma, para contar y para dejarme ser quien soy. Esto forma parte de mí, escribir es una forma de expresión que me libera, que me cede el paso cuando quiero contar algo. Le estoy profundamente agradecida. Salud.


8 de febrero de 2014

YA TE QUIERO YO

A veces las mujeres nos sentimos solas, incomprendidas, inseguras o poco queridas. A mí me ha pasado. He tenido épocas así. Cuidas, pero a ti ¿quién te cuida?. Es probable que sea parte de nuestra naturaleza ser como “olas”, que van  y vienen como afirma John Gray en Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus.

El cáncer, bueno no, yo misma, aunque con su ayuda, he puesto las cosas en su sitio.

La “huella” que deja el cáncer a nivel emocional es dura, pero si sabes aprovechar la experiencia,  si eres capaz de aprender, organizarás mil y una cosas en tu interior.

Este verano, Elvira Lindo en su columna de El  País, a propósito de "la Jolie" escribía: “desde que se empezó a hablar abiertamente del cáncer de mama ha habido una serie de campañas o de expresiones artísticas para romper el silencio; iban de las más crudas, que mostraban sin reparos la desgarradora huella de la extirpación, a las que idealizan el proceso de la enfermedad hasta convertirla en una experiencia necesaria para alcanzar una especie de estado espiritual superior”.Palabras como “crudas” o “sin reparos”, me parecen que son otras formas de poner barreras. No me gustan.

Si es cierto que se han mostrado imágenes de mastectomías que sin duda han ayudado a muchas mujeres así como relatos en los que se admitía que ahora eran mejores. Para entender bien el mensaje  hay que dar a las palabras el valor que tienen. Las mujeres que hemos pasado por un cáncer de mama no nos sentimos ni más mujeres, ni más llenas  ni  más plenas por el hecho de haber pasado por ese trance. Cualquier experiencia dura te hace más fuerte y mejor. Un alto porcentaje (por no decir todas) volveríamos atrás y borraríamos lo que nos ha pasado. Esto no quita que como no podemos meternos en la máquina del tiempo, lo que hagamos es asumir y aceptar lo que nos ha tocado vivir con esperanza, optimismo y grandes dosis de sentido del humor.

 Muchas mujeres trabajan día a día para ser felices, para curar sus heridas y para ser ellas mismas. Mujeres libres de enfermedad que llegan a la plenitud y por otro lado, mujeres que pasan la enfermedad y vuelven a ser quienes eran en lo bueno y en lo malo. Un largo camino de construcción personal en el que no dejas de aprender.

Cuando nació mi 2h, me compré un libro de Ibonne Olza y hace un tiempo descubrí que tenía un bonito blog. En su entrada cantar para sanar,  hace referencia a la importancia de cantar y repetirnos que somos maravillosas una y otra vez.  Yo añado que the woman´s power, el apoyo entre mujeres y el propio reconocimiento, nos hace más libres y fuertes. Muestra un enlace de una preciosa canción de la gran Rosa Zaragoza que yo canto abrazada a uno de mis alumnos.  No dejéis de cantar porque el que canta, su mal espanta. Salud.

20 de enero de 2014

AQUEL DÍA, ACABABA EL TRATAMIENTO


Un año después,  no hay restos de la enfermedad. Esa es la verdadera victoria.

 Aquél día, hace un año, me sentí  feliz, contenta, nerviosa, reía sin parar y no caminaba, flotaba. Atrás quedaban las pesadas visitas diarias al hospital, las cabinas, las batas blancas de lunares azules, el frío de la soledad en la camilla, los ruidos de las máquinas y el láser de la guerra de las galaxias. Todo había terminado y entre regalos y felicitaciones, el puzzle comenzaba a encajar de nuevo. Mi puzzle. El puzzle de mi vida.

Con fuerza renovada comencé 2013, eligiendo el camino que iba a tomar. Un montón de proyectos y actividades marcaron aquel primer semestre en el que todo lo acontecido fue buscando su espacio y tomando tierra.

La meditación,  escribir, practicar yoga, y la iniciación en una nueva forma de alimentación, se manifestaron en mi vida y por primera vez fui consciente de que aquello era lo que había estado buscando durante mucho tiempo.

Recuerdo aquellos días llenos de cambios que me mantuvieron ocupada. Después la tristeza, otra vez volver a subir, para volver a bajar… así fue transcurriendo el tiempo. Era la hoja de ruta.

La rutina volvió a llamar a la puerta y le abrí con una sonrisa y con mi incipiente melena. El mundo me estaba esperando y salir a la calle con brillo en los ojos comenzó a ser habitual. Cada día escribía un rato hasta que llegaba la hora del paseo o de las clases de yoga. Preparaba algo de comer y dedicaba las tardes a mis 3h, o más bien,  me las dedicaban ellos a mí. Estar de vuelta, era maravilloso.

Un año después he vuelto al trabajo, al día a día, a lo de siempre, pero nada es lo que era. Estoy en otro punto, en otra onda, en otra sintonía…diferente, con menos miedos y más seguridades, menos certezas y más dudas, más dulzura y menos acidez,  más tranquila y menos vehemente, más sonriente y menos seria, más flexible y menos cuadriculada. Casi nada o muy poco, tiene importancia, pero lo que la tiene, la tiene de verdad.

Aquí estoy, bien, decidida y con pila para seguir caminando, porque ahora ya sé que la energía más saludable es la renovable y yo, he decidido generar la mia. Salud.



14 de enero de 2014

EL CIELO ESTÁ DEMASIADO GRIS


Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas, doblan por ti.

JOHN DONNE (citado por  Ernest Hemingway en Por quién doblan las campanas).


Supongo que partir es difícil. Salir de lo conocido a lo desconocido cuanto menos, es inquietante. Hoy ha partido Rosa, una amiga de amigas y con la que compartí miedos oncológicos. Luchó, luchó y luchó y hoy las trompetas han anunciado el final. Una bandera blanca se ha levantado en el campo de batalla y alguien ha dicho que todo había pasado. No hacían falta las palabras, todos se han mirado y con calma, pero con la tristeza honda de una pérdida, de la vulnerabilidad, de la soledad, de la enfermedad, de la injusticia… han avanzado para abrazarse, llorar, perderse en pensamientos, revisar momentos felices de juventud, tratar de no perder la sonrisa y mirar hacia adelante. Hoy hace frio, llueve y el cielo está demasiado gris. Descansa Rosa, guapa, es tu momento. Salud.



6 de enero de 2014

REINA DE REYES


Tengo tres cuñadas muy diferentes pero cada una de ellas muy auténtica en su estilo. La primera de todas fue Reyes y de ella vengo a hablar hoy, día de Reyes y de su cumpleaños. Cuando nos conocimos yo solo tenía 14 años, así que tengo la sensación de que siempre ha estado en mi vida. Es una mujer maravillosa y de las más generosas que he conocido. Ha sabido llevar de la mano a mi hermano magistralmente y me ha regalado tres sobrinos a los que quiero muchísimo, Carla, Alex y Alba.

Mis recuerdos de ella arrancan en la cocina de mis padres cuando mi hermano nos la presentó. Recuerdo su “privata” azul celeste con coletas como si fuera hoy (era lo último) y su cálida sonrisa. Acababan de iniciar un bonito noviazgo tan rápido como sólido.

A lo largo de estos 25 años nos hemos conocido muy bien y quizá lo que más me guste es su capacidad para conversar y la mujer que hay al otro lado. En verano vamos a la playa y pasamos horas sin dejar de hablar de lo que ha sido nuestro año a la vez que comemos el bocata que nos ha preparado mi hermano. Hacemos un montón de cosas, pero sobre todo, estamos juntas.

Defecto o virtud, no lo sé, lo cierto es que nos facilita la vida a todos cuantos estamos a su  lado. No hay problema, lo hace ella o busca la solución. Es una mujer cuidadora, de verdad, cariñosa, nerviosa,  dulce, simpatiquísima,  sufridora, con un sentido del humor excepcional, rápida, inteligente… y es que ya lo dijo una mujer de su pueblo el día de su boda “se casa María Reyes, esta moza ye listísima, de rapacina sabia más que la maestra”…tan real como que lo escuché yo a las puertas de la iglesia.

La señora no se equivocaba y siempre ha tratado de conciliar y acercar posturas entre todos. Adora a mis hijos y a mis padres y siempre ha sido una imprescindible en mi vida, porque siempre ha estado en ella. Cuando me diagnosticaron, 900 km nos separaban pero cada día llamaba a mi madre para darle ánimos y no molestarme. Te lo agradezco hasta el infinito.

En verano siempre vuelven a Asturias, pero este año fuimos nosotros primero a Sevilla y aquellos días en la ciudad antes de iniciar nuestras vacaciones en Cádiz, fueron maravillosos. Todo volvía a ser como siempre pero mejor, más intenso y Sevilla, olía mejor. Volver a estar todos juntos fue un regalo.


Reyes es otra hermana que me ha traído la vida, esa vida maravillosa que vamos a continuar viviendo juntas sin dejar de querernos.