Hay varios proyectos en mi vida. Realmente, después del
cáncer le he puesto nombre a muchas
cosas que antes no lo tenían. Ahora tengo la sensación de estar inmersa en
muchas más cosas que antes. Aunque quizá solo sea una percepción mía, la sensación
de vivirlo todo más, con más intensidad y aprovechamiento, me hace verlo así.
Mi
madre que es muy refranera, suele decir que “no hay mal que por bien no venga”.
Es evidente cual ha sido “el mal” y “el bien” todas las personas que me ha
traido. Una de ellas es Laura a la que debía un simple “gracias”. Ella es “la
fisio”, no “mi fisio”, ni “una fisio”… es algo así como “la jurado” o “the
boss” , es decir, únicos en su
“especie”.
Nos
conocimos hace tiempo a través de una amiga común que me dijo que una compañera
de trabajo había montado un Centro, el “Centro Avanzas”. Un gran nombre que
encierra todo un significado. Un proyecto del que soy, o por lo menos así me
siento, parte.
Es
de agradecer que podamos ir a un centro de recuperación en vez de a una clínica. Afectividad, paz y silencio son parte de los ingredientes que se
respiran en su centro además de incienso, aceites ecológicos y cremas naturales
en vez de reflex. Allí se cura el cuerpo, pero sobre todo yo curé mi alma. Pienso
que es un referente y bromeo con ella sobre que está perdiendo su potencial,
que debería ser maestra de maestros y formar una escuela.
Implicada,
entregada, auténtica, empatica, sencilla, humilde, prudente, sabia, dulce y
cariñosa, espontánea, curiosa y algo fundamental: sabe escuchar; Si, así es Laura.
Fue
ella quien me sugirió el yoga Iyengar cuando le dije que necesitaba empezar con
una actividad . No se equivocó. Ha sido toda una revelación. Imprescindible ya.
Fue con quien hablé de los productos ecológicos y la necesidad de
cambiar nuestra dieta. Fue con ella con la que compartí recetas, miedos,
sueños, lecturas y alegrías, muchas alegrías.
Hace
unos meses me regaló una camiseta que ella había pintado con una flor de loto “
un símbolo budista que representa el camino de la oscuridad a la luz. Nace del
fondo del estanque, para subir a través del agua y elevarse en la superficie,
abriéndose al mundo y mostrando la perfección de su belleza”, me explicó en una bonita nota.
Las
sesiones semanales han quedado atrás. Mi recuperación es un hecho. Hace poco
volví por Avanzas después de un largo verano. Un masaje siempre viene bien pero reencontrarme
con Laura fue infinitamente mejor.
Gracias
una vez más por la esperanza, por la
positividad, por tu precioso proyecto, por abrirnos las puertas de tu casa y
concedernos sanar. Salud.
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