14 de febrero de 2015

DOS AÑOS

Hace dos años que me puse delante del ordenador y creé un blog; creé Tan Dulcemente. 
En aquel momento el proyecto estaba más vivo que nunca. Cada semana tenía una publicación  en la bandeja de salida y la disciplina del escritor me acompañaba. Estaba de baja laboral pero nunca había estado tan de alta en mi vida personal. Durante aquellos meses hice lo que mi cuerpo me dejaba y di rienda suelta a mi creatividad hasta el punto de sentar las bases de lo que fue mi reinvención. Muchas cosas se cayeron al sacudir y a decir verdad parece que es un proceso que no llega a su fin. Al mismo tiempo otras quedaron prendidas con más fuerza.  Un tiempo pasado con más sombras que luces pero que me ha ayudado a llegar a meta. No echo de menos los dolores de espalda, el entumecimiento de las piernas, el hormigueo de los brazos ni mi corte a lo garçon. Ni siquiera me atrevo a echar de menos los días en casa y contra viento y marea me voy a trabajar. Lo que sí me voy a atrever a confesar es que echo de menos tener más tiempo para escribir...poder sentarme, mirar para adentro, contar, suavizar, explotar, endulzar, inventar...y dejarme llevar por palabras y frases que inspiran y que me devuelven la libertad.
De cualquier manera, con más o menos publicaciones, Tan Dulcemente tiene una función clara para cuando pierdo el rumbo: guiarme otra vez hacia la estrella del norte. Salud.






  





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