7 de marzo de 2013

RESDÁN


En el Colegio Publico de mi hijo, para fomentar la lectura, iniciaron el año pasado un proyecto interesante. Cada niño compra un libro que rotará por todos sus compañeros, de tal forma que a final de curso todos han leído el de todos. Al curso siguiente, se intercambian con los de otra clase y así hasta finalizar la educación infantil.

Este fin de semana le ha tocado uno titulado Resdán. Nada más verlo ya me gustó y cuando leí el autor, Paco Abril, más todavía. Recordé la Oreja Verde, un pequeño suplemento para niños  que el periódico La Nueva España adjuntaba los domingos.

Andrés es un niño que un día dibuja un monstruo, Resdán (las letras del nombre de Andrés en diferente orden), el monstruo que lleva dentro, y como lo ha sacado, pues ya puede enfrentarse a él. Un libro precioso que nos habla de la valentía al enfrentarnos a nuestros fantasmas.

A mí me parece que enfrentarte a tus fantasmas más que una cuestión de valentía es de pura necesidad. Hay quien vive toda su vida con sus fantasmas aletargados y no le dan la lata. Otros, hacen pactos para que la convivencia sea pacífica y hay quien necesita echar fuera hasta al benjamín de la familia Monster.

Al final, todos perseguimos lo mismo, vivir  tranquilos y aquí, cada uno, decide cómo hacerlo.

Supongo que nadie está libre de fantasmas, monstruos, vampiros, engendros, quimeras…o como queramos llamarlo. Nadie está libre, en definitiva,  de miedo. A veces el miedo nos atenaza y no podemos librarnos de él. Es un mal compañero de viaje que hay que mantener en su sitio sin que te invada el asiento.

Yo tengo fantasmas, ¡vaya si los tengo! Pero ciertamente tengo menos que antes. He conseguido echar a los pequeños,  a los simples, a los que hacían más ruido pero eran menos dañinos. Me he quedado con un par de ellos que se negaban a ser desahuciados  así que a mi Anita, voy a dibujarle un pequeño loft  en el que no les falte de nada,  viva tranquila y me deje recuperar la confianza. Salud.




2 comentarios:

  1. Y cada vez los fantasmas se hacen más pequeñitos... Eres maravillosa

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  2. Sí, es algo inversamente proporcional a la fuerza interior. Te quiero.

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