2 de agosto de 2013

TÚ Y YO, SOMOS NOSOTROS


La vida es cíclica desde un punto de vista práctico.  Mi madre asegura , desde un aspecto más poético, que es como una bola de nieve en la que todo se repite y se agrega sabiduría. Ciertamente todo se repite y desde una mirada más terrenal, más del dia a dia, cada primavera asistimos a la operación bikini, a la vuelta de vacaciones  somos bombardeados con  diferentes fascículos y coleccionables y  a principios de año nos invitan a alistarnos al gimnasio de la esquina. Dos noticias destacan especialmente en verano y se repiten año tras año: el abandono de  mascotas y las rupturas sentimentales. La temporada estival parece ser la elegida por todos para poner el broche final a una convivencia que resulta imposible. A mí, de momento, me pasa lo contrario, cuanto más tiempo estoy con mi 1H, mejor me hace.

Desde que nació Tan Dulcemente, he pensado en hacerle una declaración de amor en toda regla y después de haber convivido sin descanso y con niños más de 10 días, ha llegado el momento. Me puse manos a la obra y me salian cosas como:

“Podría escribir los versos más tristes…. “, pero me di cuenta que esto ya lo había escrito Neruda.

Seguí intentándolo con  “Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda…” pero me sonaba a  Machado.

Probé con algo así como:

“¡Ay, qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero”…
Pero estaba segura que era de Lorca.

En un último intento puse:

“Abreme amor la puerta
de la llaga perfecta.
Abre,amor mio abre
la puerta de mi sangre”…

 Me eché para atrás, lo volví a leer y vi planear la sombra de Miguel Hernández sobre las líneas.

Entonces, decidí escribir más prosa y menos verso.

He conocido el amor. El amor verdadero. El que te hace flotar y luego te aterriza. El que te deja permanecer en la nube. Lo descubrí al lado de un hombre maravilloso, mi  1H. La vida junto a él ha sido más fácil, más tranquila, más serena, dotada de más sentido del humor, sin miedos, con paciencia, más alegre, más estable. Nos conocimos en el colegio y aunque cada uno siguió su camino, nuestras vidas confluyeron 10 años después en plena calle, cuando la sonrisa de sus ojos me atrapó. A partir de ahí no paré hasta compartir mi vida con él.

Cuando me diagnosticaron el cáncer, pensé en mis otros 2H y en mi madre, pero no en nosotros. Si tenía que marchar, sería duro pero habíamos sido tan felices juntos, habíamos tenido tanta suerte de haber creado una historia tan sólida que no nos quedaría más remedio que encajarlo desde el recuerdo de lo vivido tan plenamente.

A lo largo de estos meses, Nacho ha sido el bálsamo para mis heridas, la roca a la que agarrarme cada vez que la marea  intentaba arrastrarme. Ha encajado cada golpe con serenidad, con dolor callado, sin perder la sonrisa, con positividad, sin caer en el desánimo y rescatándome cuando yo lo hacía. No ha bajado la cabeza ante el enemigo, lo ha mirado de lado y ha tenido sus manos sujetándome la espalda para mantenerme en pie. Y todo esto sin forzar los  sentimientos, porque él es así, pura fuerza mental y física, la misma que utiliza para hacer sus 8b.

Cuando empezamos a salir le dije a mi amiga Isa que mi chico no tenía ni un solo defecto. Tengo que confesar que me ha costado encontrarlos. Pequeñas cosas que me hicieron enfadar han pasado a la categoría de lo “sin importancia” y es que esta es otra de sus máximas, más bien la de su madre, esa maravillosa mujer que repite “lo que necesiteis”, pero ella se merece otra entrada.

Mi 1H, no se deja la piel en  la preparación de una celebración, ni de una cita, ni busca el regalo más especial por toda la ciudad, ni me regala flores, ni me da una fiesta sorpresa. Se ríe cuando le recuerdo que debemos de ser la única pareja en el mundo que no tenemos canción, que no celebra los aniversarios, ni San Valentín,  ni hacemos escapadas románticas, solos, sin niños…

Una declaración de amor, es eso, la expresión de amor y en una tarde donde todo eran nubes grises le pregunté que por qué a nosotros.  Me miró y sin esfuerzo dijo: “porque podemos soportarlo”. Ya está todo dicho. Salud siempre a tu lado.



3 comentarios:

  1. Love love love.Precioso relato

    ResponderEliminar
  2. Creo que has escrito lo más bonito que he leído nunca. Te quiero y te admiro a partes iguales. Y también a ese hombre que te hace feliz, por eso, por hacerte feliz y cuidarte, además de porque es especial.

    ResponderEliminar
  3. ¡Ay Tania! Creía que ya me habías sorprendido en grado máximo en tus anteriores relatos pero éste es tan especial, desprende tanto amor y amor del bueno, amor con mayúsculas, que , reconozco, se me ha saltado alguna lágrima. Es verdad todo lo que dices, no hay más que veros y ver esa maravillosa familia que habeis creado. Y, también tengo que reconocer que cuando nos llegó la terrible noticia, mi gran alivio era saber que tenías al lado a un gran hombre, una gran persona , un gran hombre, (también un gran cuñado). Como tú bien dices, salud para que sigais amándoos (y los que os queremos que lo veamos).

    ResponderEliminar